La docente del Jardín Infantil “Frutillita”, de la comuna de Frutillar, región de Los Lagos, Yohana Hernández, ahora se proyecta a la competencia internacional del certamen que se efectuará en enero o febrero de 2026 en Dubai.
El pasado 4 de noviembre quedará grabado para siempre en la memoria de Yohana Hernández Mancilla (40 años), educadora de párvulos del Jardín Infantil” Frutillita” de Frutillar. Ese día, en una ceremonia realizada en Santiago, fue distinguida como Mejor Educadora de Párvulos y Mejor Docente de Chile en el Global Teacher Prize 2025,
reconocimiento que el mundo educativo conoce como el “Nobel de la Enseñanza”.
A sus nueve años de trabajo en el Jardín “Frutillita” y dos décadas de trayectoria en educación, Yohana suma ahora un hito histórico: es la primera educadora de párvulos en obtener el máximo galardón del certamen nacional.
A más de tres semanas de la ceremonia, la docente asegura que recién comienza a asimilar lo vivido. Tras ser homenajeada por el Concejo Municipal de Frutillar el 26 de noviembre, confesó que lo más difícil ha sido la exposición pública.
“Pasé del silencio de las aulas a una exposición mediática que nunca había vivido”, relató.
En esta entrevista para El Fuerte Noticias, Hernández reconoce que el premio la tomó completamente por sorpresa. “Han sido semanas bastante ajetreadas tras adjudicarme este premio, porque he recibido llamados de muchas partes, de diferentes medios y mensajes de felicitación. Incluso en mi jardín, cuando obtuve el premio, organizaron una caravana para festejar”, recordó emocionada.
Detrás de ese logro hay un proceso exhaustivo de selección. Antes de ser finalista, debió enfrentar entrevistas, evaluaciones teóricas, clases grabadas y análisis de su propuesta pedagógica.
“El Global Teacher Prize busca un docente global, capaz de inspirar con su trayectoria y con estrategias que transformen las aulas. Fue una etapa intensa; siento que saqué un magíster y un doctorado en un mes”, afirmó entre risas.
Finalista Inesperada
Ser seleccionada entre cerca de 2.000 docentes postulantes —y entre más de 200 en la categoría de educación parvularia— fue una sorpresa.
“El día que quedé finalista fue muy emocionante, pero no pude disfrutarlo tanto porque me enfermé. Era mucha evaluación, mucha exigencia. Pero crecí como profesional; hay un antes y un después”, explicó.
Hernández atribuye su premio a la combinación de trayectoria, compromiso y una convicción pedagógica profunda. “Creo que hay un reconocimiento a mis años de trabajo, desde que fui técnico hasta hoy. Pero también a las estrategias bientratantes que aplico en el aula, que promueven la armonía y el respeto entre niños y adultos”.
Para la educadora, fomentar el buen trato no es solo una metodología, sino una necesidad social. “En un país con un índice de violencia creciente, el buen trato es preventivo. Forma niños más inclusivos, una sociedad menos violenta y ayuda a los docentes, muchos de los cuales hoy renuncian a los dos años de carrera”.
La emoción más intensa proviene de su entorno más cercano. “Mi familia es de mucho esfuerzo. Mis padres siempre nos dieron lo mejor dentro de lo que tenían, y hoy están muy orgullosos. Mi papá siempre llora cuando hablamos del premio; mi mamá me llama todos los días”, contó.
Y añadió un mensaje para niños y adolescentes: “No somos nuestras notas. Lo principal es la perseverancia y la fortaleza para sentir que somos capaces”.
Dubai es su próximo desafío
El premio nacional la proyecta ahora a la competencia internacional del Global Teacher Prize, cuya ceremonia se realiza entre enero y febrero en Dubái. “Mi expectativa es quedar entre los mejores 50 o 30. Pero todos los finalistas chilenos participamos. Estoy muy feliz y motivada”, explicó. Junto a este desafío, ya prepara nuevas propuestas y proyectos. “Este premio no es un descanso. Rompí una barrera y creo que soy capaz de más”, aseguró.
Hoy, desde el Jardín Infantil Frutillita, continúa su labor diaria en el aula, inspirando a sus estudiantes y representando a la región de Los Lagos en uno de los reconocimientos educativos más importantes del mundo.
Pablo Obreque, periodista




















